Amanecía en Mendoza y en mi cabeza comenzaba a tomar fuerza la idea de escribir un blog de vinos. Pero mientras le daba vueltas a la idea no podía dejar de preguntarme: Habiendo ya tantos y escritos por gente que sabe (y mucho), ¿por qué uno más? ¿Qué cosas nuevas podía decir? ¿Cuál sería mi aporte? ¿Quiénes lo iban a leer?
Hace varios años que utilizo asiduamente redes sociales. Comencé como todos, consumiendo contenidos de otros, leyendo lo que más me gustaba y luego empecé a generar contenidos propios. Primero en Twitter, luego en Instagram, de a poco fui tomando confianza y animándome a expresar lo que sentía y pensaba, mi voz y mi opinión. Primero acerca de temas generales, de lo cotidiano, hasta que llegué al «mundo del vino». O mejor dicho, el mundo del vino llegó a mí.
Los comienzos
Empecé a disfrutar del vino ya siendo grande, como a los treinta y pico. Hasta entonces, el vino era algo secundario, sin trascendencia, se podría decir que tomaba vino ocasionalmente en reuniones familiares o de amigos. No nos juntábamos a tomar vino, sino que tomábamos vino como parte de juntarnos.

En cierta ocasión, uno de estos amigos trajo un Ricardo Santos Malbec 2000. Y me voló la cabeza. Ese primer impulso en nariz, dulzón, avainillado, envolvente. Esa atropellada llena de sabores nuevos que explotaba en la boca dejando a su paso sensaciones nuevas y placenteras.
Sin temor a equivocarme puedo asegurar que ese vino fue mi puerta de entrada al mundo del vino y a partir de ese momento comencé a explorar para descubrir, a preguntar para aprender, a beber ya no por el sólo hecho de beber, sino más bien para disfrutar del ritual del vino. Las juntadas con amigos se transformaron en juntadas «enófilas», pasamos del vino como complemento al vino como excusa para juntarnos.
La pasión
Al principio comprábamos los vinos en el supermercado o en el chino, eran vinos más «comerciales», comprábamos por la marca o la etiqueta y siempre caíamos en el lugar común de las bodegas tradicionales y sus vinos masivos.
Un buen día, cuando no, las redes sociales me acercaron a un grupo de amigos del vino que lo disfrutaban de manera diferente. Ellos no tomaban los vinos que yo tomaba. Ellos compraban en vinotecas, elegían vinos de pequeños productores o de pequeñas producciones, le prestaban atención a la zona de donde provenía la uva, quién lo elaboraba, cuál era la cepa, el método de elaboración y muchas cosas más que eran totalmente desconocidas para mí.
Descubrí que más allá de las etiquetas clásicas existía una inmensa diversidad por explorar. Y ahí comenzó mi amor al vino. Podría decirse que esto que no era más que una excusa para juntarnos a beber con amigos pasó a ser una pasión que hoy me acompaña a todos lados.

En ese momento comencé a participar de degustaciones en vinotecas y a comprar vinos por curiosidad, para entender mejor un lugar o un productor. Ampliar mi paladar me permitió diferenciar un vino de otro y disfrutar de ambos sin poner a uno por encima del otro, sino disfrutarlos por el sólo hecho de ser distintos.
La pasión por el vino trajo nuevos amigos (¡el vino une, claro que si!) y generó un nuevo sentido de pertenencia, de cofradía. Luego llegaron los viajes enológicos, la posibilidad de conocer a esos productores que uno admiraba por lo que hacían, recorrer los viñedos de los cuales salían las uvas que tanto disfrutábamos en botella y mucho más. La rueda no para.
Hoy, cuanto más vino pruebo más me doy cuenta que no se nada y que tengo muchísimo que aprender. Pero no aprender desde una posición snob para transformarme en un erudito elitista que mira al resto de los mortales desde un pedestal con la nariz fruncida, sino aprender para entender, disfrutar y compartir.
Y desde ese compartir es que mi actividad en redes sociales se fue convirtiendo, poco a poco, en publicar las distintas experiencias que el vino me fue regalando. Desde comentarios de degustaciones, visitas a bodegas, charlas con productores y, por qué no, del vino que descorchamos para acompañar una rica cena.
Mi cuenta personal tanto en Twitter como en Instagram hoy es mayoritariamente «de vinos» y mis ganas de comunicar me llevaron a crear «Tobarawines» (hoy pasó a ser «Acercate Al Vino»), una cuenta de Instagram que lo que buscaba era, básicamente, acercar gente al vino y que como tal fue el impulso final para crear este blog al punto tal de convertirse en una sección fija del mismo.
El blog
Entonces, volviendo a la pregunta inicial… ¿por qué escribir un blog? Básicamente porque de esta manera puedo expresar no algo nuevo o algo distinto, sino más bien mi experiencia personal con el vino, mi propia voz, y en el camino aprender.
Y además, así como en algún momento un vino me abrió la puerta a este maravilloso mundo, seguramente hay muchos como yo que están en esa etapa en la que disfrutan (y mucho) del vino pero que por desconocimiento siguen consumiendo una y otra vez las mismas etiquetas que encuentran en el chino o en el supermercado.
Si con este blog puedo aportar mi granito de arena para que descubran nuevos horizontes, nuevas etiquetas, nuevos productores y, por supuesto, nuevas sensaciones, ¡bienvenido sea! Porque cuantos más seamos los apasionados que amamos el vino, mayores serán las satisfacciones que el vino nos regale.
En definitiva, escribo este blog para aprender cada día más. Y que ese aprendizaje le sirva a otros a acercarse, tal como lo hice yo, al maravilloso mundo del vino.
Así, sin más preámbulos, los invito a levantar una copa y brindar por el gran vino argentino. ¡SALÚ!

N de E: algunas fotos son gentileza de @efefotos_
No sabía quién era Tobarawines… Bienvenido al mundo bloguero
Así es! Salú!
Lo mejor del vino es saber que no se sabe, y entonces seguir probando y probando. Éxitos con el blog. Y salud.
Exacto! Explorar y descubrir que en la búsqueda está el disfrute. Salud y gracias!
Gracias por tus aportes Ale querido
Al contrario, gracias por pasar. Salú!
Genio Ale, abrazo y muchos exitos
Gracias amigo!
Felicitaciones Ale!! Abrazo grande y lo mejor !! Comunicar el vino para acercar a la gente al vino debería ser siempre la primer consigna!! 👏 👏 🍷 🍷
Gracias Die! Todos tenemos que aportar nuestro granito de arena. Salú!
Buenísima la entrada!
y cada vez mas claro que el vino une
Fotaza la del grupete en tu casa!
Ohhh estoy en algunas fotos !!! Bienvenido a la Blogósfera!
Salú!
Jajajaja gracias!!!