Desde hace un tiempo se ha instalado entre los consumidores este dilema: ¿Dónde conviene comprar los vinos? ¿En el chino del barrio o en una vinoteca? ¿Me hago amigo del oriental que me regala caramelos o del vinotequero que me regala corchos? Hoy, en Acercate al Vino, ponemos las cartas sobre la mesa y abrimos el debate.
En este rincón… El chino

Si bien a fines de los 90 ya había algunos en Capital Federal, los supermercados chinos explotaron con la crisis de los primeros años del siglo XXI. Primero en CABA y el conurbano y más tarde en el interior, con los años fueron convirtiéndose en un clásico de todo barrio.
A fuerza de trabajo y buenos precios, «el chino» (como lo conocemos todos) fue posicionándose en la compra diaria, la que te saca de un apuro. Claro, ¡es que no cierran nunca! Trabajan hasta en los feriados con horarios extendidos que generalmente van de las 9 a las 22 hs, algo muy conveniente para cuando estás cocinando esos fideos con crema y te diste cuenta que te falta… un pote de crema.
Su modelo de negocios se destaca por una infraestructura edilicia simple con pocos empleados y por contar con una cámara de comercio que funciona muy bien a la hora de negociar con proveedores de manera corporativa.
Y por supuesto, el chino vende vinos. Todos, hasta el más pequeño, tienen una góndola dedicada a nuestra bebida nacional. Más allá de algunas «perlitas» que aparecen vaya uno a saber cómo (o si) pero que son las excepciones, la regla general dice que todos tienen más o menos las mismas etiquetas y que venden a muy buen precio como resultado de una política de pagos irresistible para bodegas y distribuidoras.
Y en el otro rincón… La vinoteca

El origen de la vinoteca es mucho más lejano en el tiempo y más cercana a nuestra historia. Podría decirse que acompaña a la industria del vino nacional desde su nacimiento. Ya a principios del siglo XIX hasta la pulpería más lejana tenía expendio de bebidas alcohólicas embotelladas. Grappa, ginebra y vino patero eran despachados por el pulpero en botellones de barro cocido.
Con el paso del tiempo y la llegada de los trenes que traían vino desde las provincias vitivinícolas, los almacenes de ramos generales se llenaron de un gran surtido de etiquetas de «vino fino» y damajuanas de «vino de mesa» para todos los gustos. El almacenero de nuestros viejos (o abuelos en algunos casos) era el vinotequero de hoy.
Luego de un paso previo por las «vinerías«, aún existentes en muchos lugares del país y que vienen a ser algo así como un almacén pero exclusivamente de bebidas alcohólicas, llegamos a este presente en el que conviven tanto las grandes cadenas con locales por todo el país que venden un mix de etiquetas de grandes bodegas mezcladas con otras no tan conocidas, y las vinotecas boutique, pequeños locales que tienen una amplia variedad de etiquetas generalmente de pequeños o medianos productores y que además cuentan con espacios para degustaciones.
De éstas últimas nos queremos ocupar en esta nota.
¡Que comience el duelo!
El precio
Son pocas las etiquetas que podés encontrar tanto en uno como en otro, pero si las hay, seguramente en el chino va a estar más barato. Si tomamos un mismo vino y comparamos los precios en uno u otro lado, el chino tiene mejores precios y en eso no hay discusión.
¿Por qué es esto? Hay muchas teorías «conspirativas» de las cuales no nos vamos a hacer eco. Lo cierto es que los chinos negocian con las bodegas y distribuidoras de manera corporativa a través de la cámara (por eso todos tienen las mismas etiquetas) y pagan en efectivo (si, manejan mucho efectivo porque sólo reciben esa forma de pago), un diferencial enorme a la hora de sentarse a negociar precios. Eso, sumado a que manejan márgenes de ganancias mucho más bajos que el resto de los comercios con una estructura de costos muy baja, explican el por qué del precio del vino en el chino.
La disponibilidad
Levante la mano a quien el chino no lo haya salvado de un apuro. *Nadie levanta la mano*. Claro, esa es una de las principales ventajas del chino: el horario de atención. Como dijimos antes, pareciera que siempre está abierto. Trabajan de lunes a domingo generalmente de 9 a 22 (y algunos hasta las 23) sin importar si es Navidad, 25 de Mayo o el feriado que sea. Eso te permite contar con un vino en el momento en que lo necesitás. ¿Te quedaste sin vino y surgió un asado? El chino. ¿Estabas cocinando y necesitás vino para la reducción? El chino. ¿Es Nochebuena, cayeron parientes de sorpresa y te quedaste corto con el vino? El chino.
A eso sumale que están por todos lados al punto tal que podría decirse que hay al menos uno por barrio y en algunos casos hasta uno por manzana, la disponibilidad es casi perfecta.
La vinoteca, en cambio, tiene un horario más parecido al del resto de los comercios. Y si bien en los últimos años han crecido en cantidad y distribución geográfica, no hay tantas como para que todos tengamos una cerca.
La variedad
Los vinos del chino se parecen todos entre sí. Son vinos comerciales, clásicos y pensados para un público masivo. Salvo algunas excepciones, no son vinos malos, por supuesto que no. Pero son vinos de producción industrial que van por lo que llamamos «la vía central»: no se distinguen ni se destacan por nada en particular. Tenés los frutales y bebibles o los potentes y maderosos. Conocés un par y ya podés adivinar cómo será el resto. ¿Está mal? No. Pero es aburrido.
Si lo que realmente querés es disfrutar del vino, entonces difícilmente llegues a la etapa de la curiosidad, la exploración y la diversión de encontrarte con algo distinto en cada descorche.
En cambio en la vinoteca tenés mucha más variedad que en el chino. No sólo de etiquetas, sino también de cepas, estilos, productores, zonas y precios. Seguramente en la vinoteca está el vino que más se acerca a tu paladar y bolsillo. Es sólo cuestión de explorar, probar y seguir probando. Claramente, para el que está empezando la mejor opción es la vinoteca.
El servicio
Como dijimos antes, el modelo de negocios del chino se basa en una infraestructura modesta y de pocos empleados. Es un autoservicio por el cual el cliente va recorriendo y seleccionando los productos que quiere comprar. Esto requiere, mínimamente, el conocimiento de los productos que se pretenden comprar. Si dudaste… sonaste. Nadie va a poder asesorarte. A no ser, claro, que la persona de la caja o de reposición sea un avezado conocedor de vinos, estás más solo que Bonavena cuando le sacaban el banquito (los más chicos googleen).
El modelo de atención de la vinoteca es totalmente distinto. Es bien personalizado. El vinotequero te va a guiar, mostrar, contar, en muchos casos hasta darte a probar y por supuesto enseñarte con tal de ayudarte a elegir.
El está orgulloso de cada etiqueta que expone porque las eligió con un sentido, cada una de ellas tiene una razón de ser en su boliche y se encargará de contártelo porque justamente de eso se trata: de ayudarte a elegir el vino que más se ajusta a lo que te gusta y podés pagar. Y para eso te quiere conocer, por eso te va a preguntar qué vinos tomaste, cuáles te han gustado, por qué te gustaron, por qué querés llevarlo, en qué ocasión pensás tomarlo y con quien o quienes lo vas a compartir.
Todo eso para él es importante y la venta llegará luego de una charla en la que él aprendió de vos y vos aprendiste de lo que te fue contando. Sin dudas, la vinoteca es la mejor opción para el que está empezando a tomar vino.
Otra ventaja de servicio de la vinoteca es que, si por casualidad el vino tiene algún defecto (puede pasar) tenés la posibilidad de llevarlo, probarlo con el vinotequero y te lo puede cambiar. En el chino, no.

La calidad
Aclaración: No vamos a hablar de la calidad de los vinos. Vamos a dar por sentado que eso es igual en ambos lados. Pero hay otros factores que hacen a la calidad y que sí son diferentes en uno y en otro. Uno de ellos es la conservación de los vinos.
Como todos sabemos, el vino es un ser vivo que necesita de ciertas condiciones ambientales para una mejor vida. La temperatura, la humedad y la iluminación entre otros factores son muy importantes a la hora de la estiba. Una botella del mejor vino que está guardada parada en un galpón caluroso con un reflector de luz pegándole durante todo el día sin dudas que su contenido llegará a la copa en peores condiciones que otra guardada acostada en un cuarto oscuro y fresco.
Las vinotecas generalmente tienen espacios acondicionados para el vino. Regulan la temperatura, la iluminación es tenue y en muchos casos las botellas están acostadas. En el chino los vinos están en una góndola sin refrigeración y con tubos fluorescentes que los iluminan todo el tiempo. Si no querés correr riesgos, lo más seguro en términos de calidad de conservación es la vinoteca.
… y demás cuestiones
¿Hay más? Claro que si. Porque una de las cosas más lindas del vino es ir probando cada vez más, descubriendo nuevos sabores, ampliando los sentidos… aprendiendo. Y salvo que tengas la posibilidad económica (y la resistencia) para comprar y tomar diez o veinte vinos distintos por semana, la mejor opción para probar muchos vinos sin poner en riesgo tu economía es participar de degustaciones. Esta es, por lejos, la mejor forma de aprender.
¿Por qué? Muy simple: la degustación es un espacio de aprendizaje colaborativo y colectivo en el que un grupo de personas con distinto nivel de conocimiento pero unidos por la misma pasión comparten los mismos vinos y van comentando qué sensaciones les dejan, ayudando de esta manera a que los menos entrenados amplíen sus habilidades para diferenciar aromas y sabores, al tiempo que se va generando un vínculo social positivo.
¿Lo digo más simple? Te juntás con gente que sabe más que vos, te tomás unos ricos vinos y mientras vas aprendiendo hacés nuevos amigos. Esto se da sólo en la vinoteca y, en mi opinión, ese punto vale doble.
El árbitro recoge las tarjetas de los jueces
¿Todos los puntos pesan igual? Claro que no. Hay algunos puntos que pueden relativizarse o anular y otros que son irrefutables. El chino tiene ventaja en dos puntos que, a mi entender, son menores o cuanto menos reemplazables, a saber:
La cuestión del precio es relativa. Toda vinoteca tiene sus #TobaraWines que están al alcance de cualquier bolsillo. Y volviendo al tema de la variedad, vas a ver que no es una etiqueta, sino muchas. La brecha entre los vinos baratos del chino y los de la vinoteca la suplís con variedad y calidad.
La disponibilidad también es relativa y fácilmente refutable: basta con ser precavido y contar con un stock, por mínimo que sea, de botellas en tu casa que prevengan cualquier imprevisto. Vas a ver que cuando empieces a tener un par de botellitas vas a querer agregar más, luego llegará tu primera cava eléctrica, y de ahí a no tener más espacio libre en tu casa es un pestañeo del truco! Pero eso ya es tema para otra nota.
En los puntos en los que la vinoteca saca ventaja es imposible para el chino revertir la ecuación. Es una cuestión de modelo de negocios. Dejaría de ser un chino para convertirse en una vinoteca atendida por chinos… ojo que no es mala esa, eh? Pero en definitiva, al dejar de ser un supermercado chino la batalla está perdida.
Fallo de este duelo…
Las posibilidades de abrazar el vino con pasión son infinitamente más grandes comprando en una vinoteca que comprando en el chino. Buscate una vinoteca con la que te sientas cómodo, hacete amigo del vinotequero, dejá que te cuente la historia detrás de cada vino, pedile que te invite a las degustaciones y llevate tus primeras dos o tres botellas (no más). Tomalos, volvé, contale al vinotequero que te parecieron y llevate otras tres pero distintas, disfrutá de la diversidad. Y así cada vez.
Acordate: siempre que puedas,comprar #ElVinoEnVinotecas tiene que ser tu primera opción.
Si te gustó la nota, compartila. Y si tenés un minuto dejame tu opinión sobre el tema en los comentarios así se enriquece el debate. Prometo contestarte.
¡SALÚ!
Los mejores vinos que hay, en el super nunca estan…
Con verso y todo, gran verdad.
Está muy bueno el artículo. Creo que depende del perfil del comprador, qué busca, aprender, o llevar para un asado, compartir momentos… Hay muchos factores pero uno de los más importantes en mi caso es la relación precio-calidad. Por ejemplo si en un chino aparece un dv carena digamos en 250 mangos …palo y a la bolsa jaja! Saludos!
Está clarísimo y de eso se trata. Gracias por la opinión!
Muy buena nota… Yo agregaría “No todo es lo mismo” “zapatero a su zapato”… Felicitaciones
Puede ser, en mi caso no veo mal que el chino venda vino sino todo lo contrario: cuanto más vino, mejor!
La escribiste en 2018, pero es un tema que siempre se mantiene actual.
Yo particularmente voy a un chino que está en Migueletes
y Teodoro García. El mismo vino que compro ahí, por lo general está
CIEN mangos más barato (así, de una) que en cualquier vinoteca.
He ido a varias (obviamente, tengo 67 «añitos») y no siempre atienden
bien y con paciencia; por lo general, es un empleado de la casa que lo
único que quiere -como tanto de nosotros- es que pase la hora. . .
y como el embole es grande, casi siempre hay un «grupete» de amigos,
que lo acompañan y cuando uno llega, el empleado, pasa poca bola.
Los dueños (y es muy comprensible) sus consejos, no van más allá
de un : Sí es bueno, a mí me gustó.!
(¿quién va a decirnos.? : No lo lleves, es muy malo)
Se han escrito, muchos artículos acerca de los Súper-Chinos
y casi siempre, en contra y llenos de «mitos». . . Recordemos,
las ratas, las heladeras desenchufadas por las noches, los vinos
«picados», ellos duermen dentro de los locales, etc., etc.!!
Así es muy difícil pero ellos -con su silencio milenario- creo que nos van
ganando la partida. Último tema y disculpa la lata que te doy:
Amigo tiene un negocio venta bebidas alcohólicas de todo tipo
(Arce y Matienzo, justo en esquina) y sabe muchísimo :
Me dijo vez pasada, las vinotecas -con los precios de los chinos-
tienden a desaparecer.!
Buéhhhhh….. Te dejo y muchas gracias por tu amable atención.-
Es muy válido tu comentario y suma al debate. Gracias por compartirlo!
soy vinotecario , tengo una pequeña vinoteca en Sna Iidroy creo que hasta me emociono el ariculo, porque es exactamente lo que hago con mis clientes, te agradezco la exacta dimension que le diste a la diferencia ente el chino y las vinotecas, y con referencia al comentario esta, es la misma dif que existe entr el bilbiotecario de barrio y una biblioteca cadena. Salú y un abrazo vinario.
mario, myo.vinoteca@gmail.com
Me alegro que te haya gustado la nota, Mario. Y agradezco tus palabras. Salú!