Con la Feria organizada por Musu (Vinoteca Mr Wines) recién finalizada, escribo estas líneas de corrido, a borbotones, con los recuerdos frescos, la emoción intacta y los sentimientos a flor de piel. Qué lindo que es el vino, carajo. Cuántas alegrías te puede dar, cuántas amistades puede reunir, cuántas grietas puede cerrar.
El vino une, es cierto, pero claro que no puede hacerlo por sí solo. El vino une cuando dos quieren unirse pero, principalmente, cuando hay un tercero que toma las puntas de ambos cabos y los enlaza de manera fuerte, firme, para siempre.
Ese alguien puede ser cualquiera de nosotros. Pero nadie mejor que Musu para hacerlo. Vinotequero, apasionado, un loquito del vino… Musu es eso y mucho más. Musu une cabos, hace posible que el vino entre en tu corazón, en tu alma. El tipo transmite, comunica, difunde, expande. Sin Musu, el vino no sería lo mismo.
Comienza la historia
Hace unos meses, te diría que un año atrás, Musu empezó a fantasear con la idea de que su feria anual, en aquel momento llamada «En Premieur», trascendiera las fronteras de «La Cueva», su vinoteca. Así fue que lo fue charlando con varios que fuimos dándole nuestra opinión, fogoneándolo, «poniéndolo manija» como a él le gusta decir. El desafío era enorme para un tipo que encara todos sus proyectos solo, sin esponsoreos ni empleados, sin más (ni menos) ayuda que la de su familia.
Pero eso no lo achicó y pensó en grande: total, los productores amigos lo iban a acompañar. Así fue como, ya con el nuevo nombre «De la Vendimia a la Cueva», surgió el espacio Gorriti Art Center, un hermoso lugar de Palermo que lo desafió a convocar a más y más «cueveros» para que el evento fuera todo lo masivo que pudiera ser.
Se suman amigos
Entonces llegó el turno de convocar a productores. Claro, la idea era presentar vinos no terminados, la mayoría aún en tanque, huevo o barrica y con bastante tiempo por delante antes de ver la luz en el mercado. Y no cualquiera se expone de esa manera ante el público, sabiendo que esa primera impresión seguramente difiera de la que tengan cuando el vino esté tal como el productor quiere.
Así y todo se fueron sumando. Más que nada porque en el medio estaba Musu y… ¿Cómo no te vas a sumar si el que convoca es un tipo que hace tanto por difundir esos pequeños proyectos?
Así fue como se superaron las 200 muestras (si, leíste bien, doscientas muestras) e inclusive muchos productores como Cristian Moor, el Japo Vegetti, Mariana Onofri, Norberto Paez, Juanfa Suarez, Gabriel Dvoskin, Adrián Domingo, Máximo Lichstein y Claudio Maza entre otros decidieron estar presentes para ser ellos mismos los que presenten sus vinos y responder todas las preguntas de los cueveros.
Llegó el gran día
Varios días antes las entradas de ambos turnos estaban agotadas y ese sábado Buenos Aires amaneció con un sol radiante que invitaba a disfrutar del aire libre. Pero los cueveros tenían una cita con el vino y convocados por Musu. No podían fallar.
Todo en el Gorriti estaba listo para recibir a la masa sedienta. Los vinos a temperatura, las copas fajinadas y hasta un dispositivo «manos libres» para que puedas colgar tu copa del cuello que es toda una mononura.
¿Qué puedo decirles del evento que no hayan ya leído en redes sociales? Nada, fue fantástico. Encontrarse con esos productores, probar sus vinos y conversarlos con ellos. Encontrarte con tanta gente conocida, amigos del vino que tal vez hacía tiempo que no veías o aquellos con los que te ves siempre.
Saludar y que te salude gente que sólo conocías por redes sociales, ponerles una cara y una voz… en fin: no era sólo una feria de vinos: era un evento social en sí mismo.
Y APRENDER. Sobre todo aprender bebiendo, conversando, compartiendo. Fue toda una experiencia de aprendizaje. Aprender disfrutando.
Vinos de la vendimia a la cueva
Seguramente vas a leer mucho sobre los vinos en las redes sociales o en otros blogs mucho más técnicos que éste. Te imaginarás que con más de 200 muestras no hubo tiempo que alcanzara para probar todo, pero de lo que alcancé a probar, me gustaría contarte mis impresiones.
Había blancos…
Los blancos, TODOS, vienen de puta madre. Nos espera un verano plagado de blancos ricos, jugosos, frescos, con gran acidez y muy fluidos. Por citar algunos, el Alma Gemela Pedro Ximenez, el Manos Negras Sauvignon Blanc, El Piedra Negra de Lurton, el Tordos Blanc de Blancs, el Esteco Blanc de Blancs… y así una lista numerosa de blancos que llegarán en las próximas semanas para romperla.
Rosados…
En el mismo camino que los blancos vienen los rosados. Expresivos, muy variados y diferentes entre sí pero con una misma característica: gastronómicos y sumamente bebibles. El Alma Gemela Mouvedre Rosé me voló la cabeza, al igual que la nueva añada del Padma de Corazón del Sol. Pero también me gustó mucho el de Finca La I Griega, por citar algunos.
… y por supuesto, tintos
Aquí fue donde encontré muchas novedades más que interesantes. No puedo dejar de mencionar el cofermentado de Mouvedre y Bonarda de Alma Gemela, floral y con buena textura. O el Bequignol de Malajunta, cortado con un toque de Tannat que le da más potencia y estructura.
Otro para destacar, el malbec de Tordos de Los Zazos que va al corte y que debería salir como varietal, lo mismo que el Merlot y el Syrah de Altocedro que van al blend y que ojalá el Turco Karim algún día nos de el gusto de sacarlos como varietal.
Una novedad que me gustó mucho fue un blend de Malbec y Cabernet Franc de Finca Ambrosía que tal vez salga en la línea Precioso, claro que para eso habrá que esperar tres o cuatro años. Lo mismo que con todo lo que trajo Pulenta y que está buenísimo. Es más, probar el Gran Cabernet Franc ahora es una locura para pensarlo a cuatro años y soñar.
¿Más tintos? El Ancellota de Adrián Domingo súper recomendable y todo lo que mandó el Colo Sejanovich partiendo por el Nat’Cool que hizo junto con Marco Neeport, un Bonarda que saldrá bien #TobaraWine en botella de litro. También el tan esperado Zaha Cabernet Sauvignon (glorioso) y la novedad de Estancia Los Cardones, un Cabernet Sauvignon que es un despelote.
Y en el medio de todo eso, Musu probando vinos a la par de todos, o subiéndose al escenario para entregar un reconocimiento a los productores «cueveros», o presentando a un amigo bandoneonista… en fin. Viviendo su feria con alegría y pasión.
Qué lindo que es el vino, carajo… y qué lindo que haya tipo como Musu. ¡SALÚ!