Frío salteño. Llego el frío de verdad. El coronavirus nos persigue como el hombre de la bolsa por los rincones oscuros del cuarto y todo se complica mientras la realidad nos asfixia. Pero la vida raramente resplandece con lo simple de un cotidiano menospreciado que solemos dejar pasar sin saborear. Gran desidia nacional.
La polenta con queso fresco derretido y humeante con la salsa de salchicha parrillera espera la aprobación del Cabernet Sauvignon que El Esteco presenta bajo la etiqueta de Fincas Notables. Una línea espectacular y consistente que da más de lo que pide y valoriza todo lo que toca. Una especie de anti héroe que ilumina todo a su alrededor sin necesidad de pedir un crédito al FMI para tener tus 5 minutos de gloria.
Salta tiene todo lo que se necesita para ser grande y El Esteco lo logró, no solo por su línea de los Notables, pero sí por ella. Sin necesidad de grandes marketineros, la linda provincia va haciendo su nombre y lugar entre las grandes estrellas de la vitivinicultura y junto a las empanadas, o los tamales, las polentas, o nuestros asados, va dejando marcas en el corazón de los amantes de la bebida nacional.
Bajo el mito del terruño, yo creo en el trabajo de los hombres y en su magia creadora, como la de las manos que nos regalan un Cabernet Sauvignon tan maravilloso como el que está noche de frío me ayuda a iluminar la penumbra dejándome ver la luz al final del túnel.
