Desde la Tierra de Dinosaurios llega este blanco que le da un respiro a los castigados bolsillos de los amantes del vino.
La Patagonia, con sus suelos áridos y ese viento que nunca deja de correr, es la cuna del Pinot Noir en Argentina. Pero no sólo esta emblemática cepa sabe aprovechar esa combinación de clima y suelo. Cada vez son más los vinos blancos patagónicos que pujan por un lugar en la mesa de los argentinos.
San Patricio del Chañar, en Neuquén, es uno de los lugares con mayor crecimiento de los últimos tiempos. Muchas son las bodegas ubicadas en la barda del río Neuquén, entre ellas Malma, una pequeña bodega propiedad de la familia Viola que cuenta con el asesoramiento de Hans Vinding-Diers para la elaboración de sus vinos.
Malma Family Reserve Chardonnay es un vino frutado, destacándose las notas de duraznos, peras y de pan tostado. En boca entra amable, es fluido, con buen cuerpo, madera integrada y acidez media. Un muy rico blanco que va por la ancha avenida del medio tirando a gordito pero de los adelgazados que hacen running. Además, es bien gastronómico: se llevó de maravillas con los buñuelitos de acelga con salsita roja.
Por menos de 500 pé (precio en la tienda online de la bodega comprando cajita de 6) Malma Family Reserve Chardonnay 2018 te lleva a dar una vueltita por la tierra de los dinosaurios.