Los vinos de la cuarentena: días 101 a 200

En cuanto a la antigüedad de los vinos consumidos, la tendencia a beber vinos jóvenes se acentuó en esta segunda parte de la cuarentena, pasando del 60% al 85%. En el TOP 20, ese porcentaje baja al 75%. La añada que más bebí fue la 2018 y El dato curioso fue que tres etiquetas fueron non-vintage, es decir, blend de diferentes añadas.

Los tintos siguen mandando, pero ya no tanto como antes. Del 83% de la primera parte de la cuarentena, bajaron a un 76%. La llegada de la primavera y algunos lanzamientos de las bodegas impulsaron el despegue del consumo de blancos y rosados. ¿Otra curiosidad? En esta segunda parte aparece UN espumante (Malpensado Extra Brut) que estaba buenísimo, sí… pero no hay caso, la burbuja no es lo que más me atrae.

Al igual que en la primera parte de la cuarentena, los Malbec y los Blends se reparten más de la mitad de la torta, aunque con menor peso sobre el total. Sumados ambos, pasaron de un 67% a un 51%. El blanco más consumido fue el Torrontés (6%), y a diferencia de la primera parte en la que no bebí cortes de blancos (muy raro, porque me encantan), en los segundos 100 días aparecieron tres etiquetas de las cuales dos se metieron entre las 20 mejores.

Hablando del TOP 20, se mantuvo la tendencia general con blends y malbecs a la cabeza y aparece una cepa que disfruté mucho en la segunda parte de la cuarentena: el Pinot Noir, con 3 etiquetas entre los 20 mejores y un 8% en el total.

Nuevamente Mendoza aportó la mayor cantidad de etiquetas de la segunda parte de la cuarentena, pero bajando de un 82% a un 74%. Esto se debió a la búsqueda de una mayor diversidad. Se sumaron vinos de Rio Negro y Córdoba que no estaban en la primera parte, Salta se mantuvo y crecieron San Juan y Neuquén.

La región más elegida fue, nuevamente, Gualtallary, pero esta vez comparte el liderazgo con Cafayate. En el ranking de los 20 mejores, Gualtallary y La Consulta son las que mayor presencia tienen, ambas con tres etiquetas.

¿El mejor Pinot Noir de Argentina? Es muy probable. Domaine Nico es uno de los proyectos más interesantes de los últimos años. El nuevo desafío personal de Laura Catena incluye cinco etiquetas de alta gama, buscando mostrar diferentes expresiones del Pinot Noir según su terroir. Histoire D’A es, quizás, el más disruptivo de los cinco. Elaborado con uvas de Gualtallary, tiene un perfil delicado y sexy, con aromas a frutas rojas y hierbas, carnoso y equilibrado. Es realmente un vino impactante. Además, su nombre está inspirado en el libro Histoire D’O, un clásico de la literatura erótica.

Elaborado por Paco Puga con 50% Cabernet Sauvignon, 25% Tannat y 25% Malbec con uvas de Angastaco y Cafayate, es sin dudas uno de los tintos que mejor representan a los Valles Calchaquíes. Es un conjunto de sutilezas que invita a disfrutarlo de a poco, identificando en cada copa las múltiples capas aromáticas que se expresan con el tiempo. En boca es todo elegancia, y equilibrio. Redondo y aterciopelado, tiene la acidez justa con la fruta y la madera perfectamente integradas. Gran homenaje de Paco su abuelo materno.

Cuando 10 años es nada. La línea Aluvional es una de mis favoritas de la bodega y este 2010 formaba parte de una mini vertical que poco a poco se fue desarmando. A los viejitos siempre hay que tenerles paciencia y tratarlos con respeto. Luego de decantarlo varias horas me encontré con una muy rica fruta, hierbas y notas de una crianza bien puesta. Elegante, aterciopelado, ancho y con buena acidez. Es una explosión de aromas en múltiples capas y un festín de sensaciones en boca que te llevan a aplaudirlo de pie. Gran pero gran vino de Sebas Zuccardi.

Uno de los grandes momentos que pude vivir en la cuarentena fue la presentación de Saint Felicien en uno de los #EncuentrosAWB. Junto a Nesti Bajda, recorrimos la historia de la emblemática línea de Catena Zapata y degustamos este Cabernet Sauvignon 2004 que fue la gloria misma. Con la fruta madura presente, los años le aportaron complejidad aromática con aromas terrosos y de cuero. En boca es elegancia pura, aterciopelado y redondo, con una acidez deliciosa, delicada textura y un retrogusto herbáceo que prolonga su final de boca. Un vino inigualable.

La cuarta edición del corte de añadas de bodega Alandes está en mi top ten de los mejores blancos argentinos. Fue elaborado por Karim Mussi según el estilo bordelés con Semillón de viñas viejas de La Consulta y Sauvignon Blanc de Tunuyán que fueron cofermentadas y luego criado durante 14 meses en barrica. El resultado es un blanco multicapas, con notas de fruta blanca y almendras que se repiten en boca. Es elegante y voluptuoso, con la fruta y las notas de crianza perfectamente amalgamadas y un final eterno. De esos vinos que te llevan a enamorarte de los blancos para siempre.

Días atrás reseñé este vino de Tordos, por lo que los detalles los podés leer acá. Sólo quiero agregar que los rosados de alta calidad llegaron para quedarse. De un tiempo a esta parte, dejaron de ser vinos «de sangría» elaborados a partir de tintos para pasar a ser vinos complejos, cuidados y versátiles que van perfecto tanto como aperitivo como acompañando una comida. La amplia oferta que existe hoy en el mercado, sumado a este posicionamiento entre un blanco y un tinto, los convierten en opciones muy interesantes que vale la pena aprovechar.

Esta línea de la bodega Domingo Molina nació a partir de la necesidad de Rafa Domingo de experimentar e innovar. A fines del año pasado, este merlot se metió en la final de la primera edición de La Copa Federal, dejando en el camino a varios pesos pesados. Complejo, intenso, con notas de fruta madura y marcadamente piracínico, tiene un paso por boca amable, elegante, con muy buen volumen y final largo. El Yeta Merlot es, sin dudas, uno de los mejores exponentes nacionales de esta cepa con una gran relación precio – calidad.