La bodega patagónica Del Fin Del Mundo renovó una de sus líneas más emblemáticas.
Del Fin del Mundo es la mayor bodega de la Patagonia y una de las más reconocidas del país. Ubicada en San Patricio del Chañar, provincia de Neuquén, la bodega de la familia Eurnekian posee 850 hectáreas de viñedos propios con Malbec, Pinot Noir, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah y Chardonnay. Sus fincas abarcan la mayor extensión de plantaciones que existe en la región.
La historia bodeguera de la familia Eurnekian comienza en el Valle del Monte de Ararat, al oeste de Armenia, fundando Bodegas Karas, tierras lejanas donde cuenta la leyenda que el vino tuvo origen hace 6200 años y Noé situó el arca luego del diluvio universal.
Patagonia es una región mágica, un milagro en el desierto, un terruño adverso, salvaje y único en el planeta. Es un paisaje donde pasearon dinosaurios, pueblos originarios, aventureros, escritores y poetas, convertido hoy en un oasis de vida. Hoy nuestros vinos expresan este carácter y espíritu que nos identifica, la frescura de estas tierras y el reflejo de nuestra búsqueda por conocerla más intimamente.
Juliana del Aguila Eurnekian, presidente de BODEGA DEL FIN DEL MUNDO.
Bodega Del Fin Del Mundo enfrenta el desafío de plasmar en sus vinos la identidad de ese magnífico terroir y apuesta a lograrlo en la línea FIN Single Vineyard. Este cambio de estilo comienza en 2019, cuando la familia Eurnekian compró el paquete accionario de sus socios para hacerse cargo del 100% de la operación.
Al mismo tiempo, asume como Presidente de la empresa Juliana Del Águila Eurnekian, sobrina de Eduardo y parte de la nueva generación de la familia de origen armenio. Desde entonces, Juliana viene trabajando en esta búsqueda de identidad junto a Ricardo Galante. Este joven enólogo que se formó en Mendoza y es sobrino del gran Pepe Galante, forma parte del equipo enológico de Fin del Mundo desde el 2011 y contó hasta 2018 con el asesoramiento de Michel Rolland.
Los nuevos vinos se destacan por su frescura, un delicado equilibrio entre el clasisismo y la modernidad. Tanto blancos como tintos sobresalen por su equilibrio natural, delicadeza, elegancia y potencia. Encontramos un carácter típicamente patagónico.
Ricardo Galante, enólogo de BODEGA DEL FIN DEL MUNDO.
Los cambios en la línea FIN Single Vineyard no se reflejan sólo en los vinos. Además, renovaron la imagen con una etiqueta nueva de fondo negro, cambiaron la botella por una borgoña más liviana y pasaron a tapones DIAM. Por último, rebautizaron las diferentes fincas que ahora llevan el nombre de los miembros de la familia Eurnekian como tributo a su historia y protagonistas.
Los Single Vineyard de Fin Del Mundo
En cuanto a los vinos en general, podemos decir que en la cosecha 2019 ya se percibe la presencia de una fruta más fresca, mayor acidez y menos impacto de madera. Todo esto sin resignar la complejidad y elegancia que caracteriza a la línea.
FIN Single Vineyard CHARDONNAY Finca Antranik: Para lograr una mayor frescura cosecharon más temprano y modificaron la enología. De la parcela seleccionada realizaron tres elaboraciones diferentes: La primera se realizó en barricas nuevas forzando una maloláctica prefermentativa con el agregado de lactobacilos. Para la segunda utilizaron barricas usadas y una fermentación oxidativa. Y la tercera, una fermentación en tanques de acero en ambiente reductivo para evitar la oxidación. El resultado es un vino sumamente complejo, con buen peso en boca y acidez refrescante. Un buen equilibrio entre la vieja escuela y esta nueva búsqueda de la frescura.
FIN Single Vineyard PINOT NOIR Finca Los Hermanos: Aquí también nos encontramos con una cosecha más temprana y un cambio en el estilo de la madera, que sigue siendo roble francés pero con menor impacto aromático. Se elaboró de forma tradicional en pequeños tanques de acero abiertos con un 10% de racimo entero. Es un vino expresivo, con la fruta roja bien presente y esas notas terrosas propias de los Pinot Noir de la zona.
FIN Single Vineyard CABERNET FRANC Finca Don Panos: Su origen es la parte más alta del viñedo, sobre la barda y con una gran presencia de calcáreo. También se realizó una vinificación tradicional en barricas de roble francés, un 25% nuevas y el resto de varios usos. Es un Cabernet Franc muy particular, en el que las típicas notas piracínicas están prácticamente ausentes, y que se destaca por su entrada amable y una marcada textura mineral.
FIN Single Vineyard SYRAH Finca La Surpina: Proviene de una parte del viñedo con suelo arenoso y mucha radiación. Se vinifica en los mismos tanques abiertos que se utilizaron previamente para el Pinot, a los que se les hace sólo delestage sin remontajes, buscando una extracción suave. Aromáticamente muy expresivo y con una boca cárnica y especiada, resalta su buen cuerpo, balance y estructura. Fue el que más me impresionó de toda la línea.
FIN Single Vineyard MALBEC Finca Don Eduardo: También elaborado en pequeños tanques abiertos pero, en este caso, utilizaron una técnica de sombrero sumergido que consiste en mantenerlo por debajo de la superficie con una especie de tapa con agujeros (como si fuera un colador). De esta manera, evitan lacerar el sombrero y se generan extracciones más suaves de forma permanente. El resultado es un muy interesante Malbec que se destaca por su frescura, amabilidad y buen cuerpo.
La Patagonia tiene un magnetismo, una energía como ningún lugar en el mundo. Su inmensidad, diversidad de paisajes y climas, grandes amplitudes térmicas, cielos radiantes y vientos que rugen le otorgan su propia impronta a las uvas y finalmente a los vinos. Nuestros nuevos vinos transportan a la Patagonia, son un tributo a esta tierra que cultivamos con tanto orgullo y a nuestra propia historia familiar que nos trajo hasta aquí.
Juliana del Aguila Eurnekian
Juliana y Ricardo aman ese paisaje agreste y hostil, pero a la vez generoso con quienes se aventuran a producir en él. Ambos saben que el desafío es grande y que queda un largo camino por recorrer. El viaje recién comienza y tienen muy claro hacia dónde quieren ir. Seguramente en las próximas cosechas nos encontraremos con esa identidad bien neuquina que anhelan mostrar. Los consumidores los estamos esperando. ¡SALÚ!