Asistir al nacimiento de un proyecto vitivinícola siempre es emocionante. Probar el primer vino, escuchar al productor, conocer su historia, sus sueños. Y si de esa experiencia surge que el vino está buenísimo, que podés proyectarlo en el tiempo y podés augurarle gran aceptación del público y larga vida, es único.
Cos de Cal
Alberto Toti Benenati es ingeniero agrónomo y uno de los más antiguos viticultores de Gualtallary. De familia viticultora, su abuelo y su padre fueron bodegueros y productores de uva en Tres Porteñas, departamento de San Martin, en el este mendocino.
Benenati comenzó su carrera profesional en Lurton y en 1995 pasó a Catena Zapata, donde estuvo 12 años. Allí trabajó junto a Pedro Marchevsky y el Colo Sejanovich en el desarrollo de una finca en un terreno virgen de Gualtallary, conocida tiempo después como Adrianna Vineyard. Cumplido su ciclo en Catena Zapata, cruzó de vereda en la calle La Vencedora para desarrollar Huentala Wines y Claroscuro. Actualmente continúa asesorando a Huentala y administra la finca familiar de Tres Porteñas.
En 2005, Alberto Benenati se unió a dos socios para comprar una pequeña finca en Gualtallary Monasterio, a 1630 metros sobre el nivel del mar y contigua a Adrianna Vineyard, la finca de Catena en la que trabajó con mucho amor y dedicación durante tantos años. Cos de Cal (Cos = elevación) es una pequeña lengua de tierra de menos de dos hectáreas de extensión, ubicada en un alto entre la calle La Vencedora y un arroyo que trazó un pequeño cañadón en la base de las Lomas del Jaboncillo. El suelo es aluvional pedregoso con un alto contenido de caliche, piedras de canto rodado y calcáreo disperso.
Allí plantaron malbec, cabernet franc, syrah y algunas hileras de otras cepas, siempre con la idea de vender la uva. Con el tiempo los socios se retiraron y Benenati siguió solo con el proyecto, hasta que en la cosecha 2019 se animó a hacer su primer vino.
Cos de Cal Corte de Viña 2019 es una cofermentación de los tres varietales que predominan en la finca: 48% Malbec, 46% Cabernet Franc y 6% Syrah.
Tanto en el trabajo de viña como en la vinificación, Benenati busca representar la máxima expresión del viñedo. Para ello, cosechó en diferentes momentos buscando distintos puntos de maduración y expresión de la fruta, siempre cofermentando las tres variedades. Al no contar con bodega propia, elabora en la de un tercero de lujo: la Bodega Mil Suelos de su amigo el Colo Sejanovich. La elaboración se realizó en tanques de acero inoxidable y piletas de hormigón, utilizando 50% de racimo entero, fermentación espontánea, levaduras nativas y mínima intervención.
En cuanto a la crianza, la misma se realizó durante 24 meses, un 50% en hormigón y un 50% en fudres de 500 litros de tercer uso. Luego de una estiba de dos años en botella, llegó en estos días a las góndolas con la distribución de Universo Vigil.
Pude probar Cos de Cal en dos oportunidades. La primera, en una cena de amigos. Y la segunda, en la presentación oficial que Benenati, acompañado por la distribuidora, realizó en La Vinícola, la vinoteca sensación de Palermo. Debo decir que el vino está increíble. Tiene esa impronta propia de los grandes vinos de Gualtallary, nariz delicada, potencia y elegancia. Pero va más allá. Porque cuando se va abriendo, asoman múltiples capas aromáticas, primero de hierbas, rúcula y albahaca, y luego de fruta negra y olivas ídem. En boca tiene una entrada potente, con carácter, pero luego se despliega ágil, con cierta delgadez, marcada acidez y frescura.
La producción total en la cosecha 2019 fue de 4100 botellas y no hay mucho margen como para que crezca. De hecho, en los planes de Benenati está embotellar algunas parcelas por separado, tal vez algún varietal u otro corte de una gama superior. El precio con el que salió al mercado es de $ 50.000 (julio 2024).
«El año que viene saldrá a la venta la cosecha 2021», cuenta Benenati. ¿Qué pasó con la 2020? «Simplemente decidí no sacarla porque no fue lo que espero de este vino. Quiero que Cos de Cal sea un vino reconocido por su alta calidad, y por eso prefiero saltearme una cosecha antes que resignar calidad o estilo», amplía convencido de que ése es el camino a seguir. Esa misma convicción que lo llevó a presentarle el vino al reconocido crítico inglés Tim Atkin, quien lo incluyó en su Reporte 2024 calificándolo con 94 puntos.
Tal vez Toti Benenati no lo sepa aún, pero con éste, su primer vino, rompió todos los moldes de lo esperado, logrando un vino singular, fuera de serie, que llegó para unir a quienes se paran en las distintas veredas del vino. Uno de esos vinos que aparecen muy de vez en cuando y que nacieron predestinados a brillar en el firmamento de los grandes vinos argentinos. Salud, Cos de Cal. Y larga vida 🍷