El Juicio de Dusseldorf - Los vinos

En el “Juicio de Düsseldorf”, un vino argentino salió a la cancha y dio cátedra

Juicio de Düsseldorf.

Un vino argentino brilló en el Juicio de Düsseldorf. Acá te cuento cuál es y por qué este logro merece brindis (y aplausos) mundial.

Hay noticias que no solo nos ponen contentos: nos emocionan. Nos hacen levantar la copa con orgullo, mandar el link al grupo de amigos y decir: “¡Esto también es ser campeones!”. Y sí, porque lo que pasó en Alemania fue histórico. En el marco de la feria ProWein, una de las más importantes del mundo del vino, se llevó a cabo una cata a ciegas con nombre picante: el Juicio de Düsseldorf. Y ahí, un vino argentino jugó en primera, se bancó la presión y dio cátedra frente a leyendas internacionales.

Un poco de historia (y una revancha elegante)

Para entender por qué esto es tan grande, hay que mirar para atrás. En 1976, un comerciante británico llamado Steven Spurrier organizó en París una cata a ciegas que cambiaría la historia del vino: el famoso Juicio de París. En esa cata, vinos de California superaron a los franceses en su propio terreno. Fue un escándalo, pero también un punto de inflexión. Desde entonces, el mundo entendió que los grandes vinos no tenía una sola nacionalidad.

Casi 50 años después, la historia se repite en Düsseldorf, Alemania. Esta vez, organizada por la prestigiosa publicación británica The Drinks Business y con la participación de 10 Masters of Wine, figuras reconocidas mundialmente por su experiencia y rigurosidad. ¿El objetivo? Evaluar a ciegas una selección de vinos tintos de distintas partes del mundo cuyo componente principal fuera el Cabernet Sauvignon. ¿La pregunta? Si alguno podía estar a la altura de los grandes Premier Cru Classé A de Burdeos. Y ahí es donde entra el golazo argentino.

Juicio de Dusseldorf - El jurado estuvo compuesto por 10 prestigiosos Masters of Wine.

Nicolás Catena Zapata 2021, el jugador estrella

El vino en cuestión es el Nicolás Catena Zapata 2021, elaborado por Bodega Catena Zapata, una de las más icónicas del vino argentino. Fundada en 1902 y liderada hoy por Laura Catena, la bodega es reconocida por su trabajo pionero en zonas de altura y por haber transformado la percepción global del vino argentino.

Este blend elegante y potente está compuesto por 46% Cabernet Sauvignon, 44% Malbec y 10% Cabernet Franc, provenientes de dos de los viñedos más emblemáticos del Valle de Uco: Adrianna, en Gualtallary, y Nicasia, en Paraje Altamira. Fermentado en concreto, acero inoxidable y barricas, y criado durante 18 meses en roble francés, el Nicolás Catena Zapata 2021 es un vino con estructura, profundidad, tensión y esa frescura que lo hace vibrar incluso antes de llegar a la boca.

Y en esa cata a ciegas en Düsseldorf, sin etiquetas ni nombres a la vista, este vino argentino fue calificado como Premier Cru Classé A, a la altura de verdaderos íconos como el Château Lafite Rothschild 2021 y el Opus One 2021, entre otros. No solo gustó: impresionó. Como un jugador que entra en una final, toca tres veces la pelota y mete un golazo.

La ovación que cruzó fronteras

El reconocimiento no fue solo una medalla simbólica. Fue un mensaje claro y contundente para el mundo del vino: Argentina hace vinos de clase mundial, con identidad, técnica y alma.

“Que un vino argentino esté al nivel de un Premier Cru Classé A es un honor inmenso. Significa que nuestro terroir puede dar vinos de clase mundial”, dijo Laura Catena, que además de dirigir la bodega es médica y una de las voces más respetadas del vino en el mundo.

Y tiene razón. Esto no es solamente un aplauso para un vino o una bodega. Es un aplauso para todo un país que hace décadas viene construyendo una identidad vitivinícola sólida, profesional y emocionante. Un país que aprendió a mirar hacia sus propias raíces sin perder de vista lo que pasa afuera.

Juicio en Alemania, brindis en Argentina

Que este tipo de logros pasen en ferias como ProWein, ante jurados como los Masters of Wine, y en publicaciones como The Drinks Business, no es menor. Es ahí donde se validan los vinos en un circuito global. Donde se mira con lupa, se compara sin pasaporte, y se reconoce la calidad sin mirar la etiqueta. Y ahí estuvo Argentina. No pidiendo permiso, sino dejando huella. Como quien se sienta en la mesa de los grandes, levanta la copa y dice: “Estamos acá y tenemos con qué.”

¿Y ahora qué? A seguir jugando en primera

Este logro es para celebrarlo con la misma pasión con la que gritamos un gol en la final del mundo. Porque también es una victoria. Una que no se da cada cuatro años, pero que tiene el mismo sabor. Y si todavía no probaste el vino del que todos están hablando, ya sabés: es momento de darte el gusto. Por lo que representa y por todo lo que hay detrás de esa copa.


¿Conocés al Nicolás Catena Zapata? ¿Qué otro vino argentino creés que podría brillar en un Juicio así? Contame en los comentarios.

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