¿Te toca estar en cuarentena? Acá tenés 14 vinos que te acompañarán durante los 14 días que dura el aislamiento.
Día 1
De Ezeiza derechito a casa. Sabía que el final de mis vacaciones iba a ser duro pero no que iba a tener que guardarme por 14 días. Dos puntos a favor: no tengo síntomas de tener el virus, por lo que si todo va bien será sólo preventivo, y tengo todo lo que necesito: Internet, Netflix y un buen stock de vinos que harán más entretenida esta cuarentena. A todo esto, si dura 14 días… ¿por qué le dirán cuarentena? En fin, descorchamos el primero?
Mi elección para darle inicio a esta aventura no pudo haber sido mejor: el LUI Gran Reserva Malbec 2016 es una de esas joyitas que siempre hay que tener en la cava. Elaborado por el Japo Vegetti con uvas de Altamira, es una sinfonía de notas balsámicas y fruta madura perfectamente amalgamada con la madera. Equilibrado, sedoso y de largo final, el Japo es un artista con las barricas y en este vino lo demuestra.
Día 2
Estaba claro que algo me faltaba, no? Porque después de unas vacaciones, quién tiene la heladera llena? Después de hacer la compra online en el super, pedirle al encargado del edificio que le abra al cadete y que lo deje en la puerta del departamento, me puse a cocinar unas pechuguitas a la plancha con ensalada. Sólo faltaba un rico vino blanco para acompañarlas.
Esta vez me fui a El Porvenir de Cafayate, una de las bodegas que mejor vienen trabajando en «la nueva cara del NOA». El Laborum de Parcela Finca El Retiro Torrontés 2017 viene de la finca familiar ubicada en el corazón de la ciudad, con sus hermosos parrales antiguos que dan origen a un vino fresco y de buena acidez, con las típicas notas herbáceas pero con un perfil moderno que invita a rellenar la copa una y otra vez.


Día 3
Hoy toca maratón de series. Tengo que ponerme al día con todo lo que no vi durante mis vacaciones, así que como será un día de darle duro al sillón, necesito un buen vino de esos que te acompañan varias horas.
Mientras caminaba hacia la cava ya sabía cuál era mi elección. El Esteco Chañar Punco 2014 es una bomba catamarqueña oriunda de uno de los mejores viñedos de la bodega. Este corte de Malbec y Cabernet Sauvignon tiene toda la complejidad y elegancia necesaria para disfrutarlo durante varias horas. Y si bien ya tiene 6 años, seguramente seguirá creciendo en botella.
Día 4
Cuarto día sin síntomas del virus. Vamos a festejarlo con unos buenos ravioles a la crema. Tengo los ravioles, el queso, los champignons, el jamón… pero no tengo crema. Entonces recordé que Ramón, el hijo del portero, me había tirado por debajo de la puerta un papelito ofreciéndose para cualquier trámite que necesitara. Algo así como una especie de Glovo interno con alcance hasta el chino de a la vuelta. Lo llamé y, previo acuerdo de honorarios, me compró lo que me faltaba. Ahora sí, para ponerme a cocinar necesitaba descorchar algo rico.
Recordé que tenía un Corazón del Sol Semillón 2018 que esperaba descorchar en un momento único y éste era perfecto. 2018 fue la primera cosecha de este semillón que Cristian Moor consigue de un viñedo antiguo de El Zampal. Un vino floral, delicado y con una muy buena acidez que levanta todo a su paso.


Día 5
¡Cierto que tenía que hacer home office! El primer día mi jefe me había llamado para ver cómo andaba y, de paso, avisarme que me iba a mandar unas cositas por mail «para que no me aburriera». Al principio me enojé un poco, pero después pensé: ¿Cuándo iba a tener la posibilidad de trabajar con una copita de vino en la mano? Eso cambió mi humor y me puse a elegir cuidadosamente cuál sería el compañero ideal para esa ocasión.
Cuántas satisfacciones me ha dado el Trapiche Terroir Series Finca Ambrosía Malbec 2014 y qué alegría me dio cuando descubrí que aún me quedaban un par de botellas. Toda esa línea está para enmarcarla, pero el Finca Ambrosía tiene carácter salvaje y una textura fina que te enamoran. Es de esos vinos que se disfrutan lentamente, dándole tiempo a que sus múltiples capas aromáticas vayan expresándose en la copa.
Día 6
Habiendo trabajado tanto el día anterior, pintaba que éste sería el segundo día de maratón de Netflix. Recordé que había varias películas que no había visto (la maratónica The Irishman, por ejemplo), así que busqué una bolsa de pochoclos para preparar, papitas, chizitos y palitos salados. Necesitaba un vino que se bancara tanta comida chatarra.
Puse hielo en la frappera y elegí un Altocedro Año Cero Barrel Collection Merlot Rosé 2018. Karim Mussi es uno de mis winemakers favoritos. Sus vinos tienen carácter y personalidad y desde Altocedro busca mostrar al mundo lo que su pago chico La Consulta tiene para ofrecer. Este rosado de Merlot es una de sus últimas incorporaciones y tiene todo lo que esperaba encontrar: complejidad aromática, buena acidez, expresividad y un perfecto equilibrio de cuerpo y fluidez. Un gran compañero de cuarentena.


Día 7
Ya estaba empezando a embolarme, así que para levantarme el ánimo se me ocurrió que, como no podía usar la parrilla de la terraza, podía hacerme un asadito en el horno (algo es algo). Llamé a mi carnicero Luisito y me trajo una tirita de asado, vacío y un chorizo seco de regalo «como para picar algo que mate al bicho», según dijo. A la hora de poner la mesa ya tenía en claro qué vino iba a descorchar.
Hacía rato que le tenía ganas a este De Ángeles Gran Corte 2014 y la felicidad que me regaló fue infinita. Buen cuerpo, largo de boca y con toda la elegancia que caracteriza a los vinos de De Ángeles. Un vino complejo que estira la sobremesa y convierte la cuarentena en disfrute y relax.
Día 8
Sigo sin síntomas, lo cual es bueno. Decidí que éste sería el día detox: incorporé una rutina de ejercicios (nada complicado), desayuné frutas y llamé a Ramoncito para que me comprara algunas cosas en la verdulería. La tarifa por mandados había subido y tuve que esperar a que atendiera a dos clientes que estaban antes que yo. Aparentemente no era el único en cuarentena del barrio y a Ramoncito le estaba yendo bien con su nuevo emprendimiento.
Almorcé ensalada, tomé mucha agua, me desconecté de las redes, dormí una siesta… todo bien hasta que llegó la noche y no pude resistir la tentación de descorcharme un vinito. Algo tranqui, eh. Me bajé la botella en una hora pero igual estoy contento porque de las 24 hs me cuidé 23. Nada mal.
¿El culpable? Flora Pinot Noir Rosé 2019, by Zaha. Una de las últimas creaciones del Colo Sejanovich. Recuerdo haberlo probado en la bodega el año pasado y me encantó. Un vino floral, primaveral, de esos que te abrazan por dentro y te roban sonrisas. En tiempos de saludos a la distancia, este rosado es un beso que aún no fue prohibido.


Día 9
Parece que mi Jefe le le tomó el gustito porque me mandó algunas cositas más para hacer. Esta vez tenía que controlar los gastos del año anterior para verificar que estuviera todo en orden. Me sonó a excusa para que no estuviera al pedo, pero lo tomé bastante bien: nuevamente tenía un pretexto para tomarme un vinazo «en el trabajo».
Esta vez mi elección fue un DV Catena Vineyard Designated Domingo Pinot Noir 2015. ¿Me equivoco si digo que es uno de los cinco mejores Pinot Noir de Argentina? Como sea, ese viñedo ubicado en Villa Bastías entrega un Pinot Noir expresivo, mineral y de buena acidez. Su final largo invita a tomarlo despacio para que inunde el paladar con su textura infinita. Dejalo volar en la copa y vas a encontrar un vino diferente a medida que baja la botella.
Día 10
¡Ya pasaron diez días de cuarentena! Ni me levanté de la cama: prendí el tele y estuve así hasta que me dio hambre. Llamé al delivery y salió pizza en la cama. Y así, con una nueva maratón de Netflix, el cartón de la pizza apoyado en las sábanas y un segundo llamado para pedir medio kilo de helado salió el mejor de los días de la cuarentena. Por supuesto que acompañado con un gran vino.
La pizza va con Bonarda y qué mejor que El Enemigo Bonarda 2014 para hacer de cada pizza una experiencia única. Bonarda del Este mendocino, tal como le gusta a Ale Vigil, de una uva rica en taninos que le aporta una buena estructura pero en la que predomina la fruta por sobre todas las cosas. El resultado es un vino amable y con una evolución hermosa que, tranquilamente, podría haber tenido destino en la línea superior de los Gran Enemigo. Cada copa es una fiesta, y ése era un día para festejar que estaba sano y vivo.


Día 11
Hoy decidí volver a leer un libro. Esas cosas de papel llenas de letras que usábamos antes del invento del celular y las redes sociales. Buscando en la biblioteca encontré una novela policíaca que seguramente me iba a entretener. Lo primero que descubrí fue que tengo que hacer una visita al oculista porque la presbicia es más implacable que cualquier virus. Lo segundo, es el placer de leer acompañado de un buen vino.
Me quedaban tan sólo dos botellas del Teho Tomal Malbec 2014. Aquel que en 2017 obtuviera 98 puntos Atkin convirtiéndose en Mejor Tinto del Año (según el crítico inglés), hoy con la evolución que fue logrando está por encima de los 100. Tiene fruta, tiene mineralidad y por sobre todas las cosas con el tiempo ganó en complejidad y fineza. Otra vez La Consulta haciendo magia en esta casi terminada cuarentena.
Día 12
Ahora si: tengo toda la voluntad de que éste sería el día detox y para eso, arranqué bien temprano con mi rutina de ejercicios, un desayuno abundante y saludable, almorcé liviano, pasé la tarde tomando mucha agua y leyendo mi libro y así llegué a la noche mentalizado con seguir en ese plan hasta la hora de dormir.
Mientras iba hacia la cama vi por el rabillo del ojo que la cava estaba triste. Hoy la había abandonado. Le guiñé el ojo y le dije «preparate: estos dos últimos días no vas a tener descanso». Me dormí imaginando que me sonreía.
Día 13
Desperté con un llamado de mi Jefe diciéndome que por favor le mandara urgente lo que me estaba pidiendo por mail. Por suerte no era mucho, pero necesitaba concentración y por eso decidí dejar el vino para la noche. La cava me miraba ansiosa y cuando fui hasta ella ya habían pasado casi 48 horas sin vernos. Era el momento de elegir algo especial.
Mi debilidad por el Imperfecto 2013 me llevó a reservarlo para el final. Es que tenemos un romance que nació en una noche cualquiera y que nunca terminará. Daniel Pi logró embotellar todo lo que me gusta en un vino: complejidad, múltiples capas aromáticas que afloran de a poco, primero tímidamente y luego con mucha expresividad, entregando aromas florales y especiados, fruta negra y lujuria. En boca es sedoso, voluminoso, interminable. Un vino que emociona de punta a punta. Sin dudas, el mejor vino de la cuarentena.


Día 14
Último día de la cuarentena. Sin síntomas del virus, mañana es el gran día de salir de nuevo al mundo, al trabajo, al colectivo lleno y el smog. Un poco de melancolía tengo, eh. Es que ya me había acostumbrado a esto de quedarme en casa. La rutina matinal de ejercicios, desayunar sano y leer son hábitos que espero poder sostener. Pero es el último día y tengo que festejar.
Le pedí a Ramoncito un último mandado: unos quesos y fiambres del mercado, que pase por la carnicería para levantar unas mollejas que le encargué a Luis y unas papas en la verdulería. Salieron unas mollejas sarteneadas con papas, cebolla de verdeo y crema acompañadas por Casa Yagüe Chardonnay 2018. Esta perlita que llegó desde Trevelin (Chubut) para desafiarnos con su perfil cítrico alimonado y su acidez súper marcada sigue sumando fanáticos y detractores. Vino controversial si los hay, barrió con toda la grasitud de las mollejas y le quedó resto para más.
La tarde pedía a gritos una siesta y me dormí plácidamente arrullado por el vinito en la sangre. Me desperté y después de un buen baño me dispuse a ver a mi querido River con una buena hamburguesa casera acompañado de 2 KM Blend 2014. Este fantástico corte de Malbec y Cabernet Franc que elabora Matías Michelini para Kike Sack tiene la elegancia y la consistencia de Ponzio y la tensión, explosividad y textura de Rafa Borré (lo que raspa ese muchacho, por Dios…). Ganamos. River y yo.


Fin de la cuarentena. Por supuesto que esta historia es una ficción y que no es mi intención minimizar el problema. Es sólo una forma de contarles acerca de estos 14 vinos que tanto me gustan. Eso si: si me llega tocar hacer cuarentena, sólo espero que sea algo así. ¡Salú!
Genial Ale, gran redacción, divertida y relajada.
Cuanto agradezco tener al menos 4 de esos 14 bien guardaditos esperando “mi cuarentena”.
Salú!
Gracias Die! Y tengo la añada que te falta para la vertical de Chañar Punco!